Henos aquí, Migue. Navidad en camino y lo mal que me pegan las fiestas. Por qué se llaman fiestas si no son más que, en la mayoría de los casos, un compromiso familiar al que uno asiste con pocas ganas? Qué tiene de diferente al almuerzo de los domingos? Los regalos y los deseos, que uno, como vos y yo, espera que sean sinceros, pero a esta altura, no creo que sean ni deseos ni sinceros. No importa. La Navidad sólo tienen sentido cuando hay niños en casa. Después de que sabés del engaño, no importa más. Por suerte, hoy, la preciosura pasa su segunda nochebuena con nosotros y esperemos que no se asuste de los estruendos con los que la gente festeja.
Nosotros no compramos pirotecnia, ya sabés. Nada que tenga que ver con el fuego, ni las chispas, ni los ruidos. Igual, hay mucha gente que se divierte con bengalas de colores. Qué le vas a hacer.
Qué hay en tu wish list? En la mía, un Graham Coxon para nochevieja, en lo posible mayor de edad y con toda la sobriedad posible como para poder pedir un teléfono; una remera de los Ramones, ahora que volví a ser adolescente; una botella de vino dulce para después de las doce.
Sos de mira corta, dijo JJ cuando le conté de mis deseos, nada para dentro de un año. Un año, no soy capaz de pensar tan lejos.
Espero el fin de año desde agosto. Se murió demasiada gente este año; hay muchas mesas navideñas incompletas y eso hace la Navidad: remarcar las ausencias, como siempre y a las doce y cinco, si uno no tomó lo suficiente, los recuerda y algo le pasa adentro, nostalgia ponele o es que se le sale de dentro todo lo que extraña a los que ya no están. Fin de año es otra cosa. Yo festejo. Festejo que viví un año más y que me queda uno nuevo, completo, enterito para vivir, como un cuaderno nuevo que siempre empieza prolijo y termina como puede, con la letra enorme porque casi ni quiere escribir.
Paz, pan, salud en el 2008. Y que todo salga bien, con los dedos cruzados y los ojos cerrados. No se puede pedir más. El resto, como dice la María Ce, son circunstancias que pueden cambiar. Hay que apostarle una ficha al destino y si no se las apostás ahora, cuándo.
Ya sé, ya sé. Tu deseo más importante para mí es que sea feliz a partir de mañana pero vos sabés que a mí la felicidad me cuesta un poco y si no me duele antes, no la siento. Yo también deseo que seas feliz a partir de mañana o de esta misma noche, pero harás lo que puedas, como yo y es seguro que por más voluntad que le pongas, esta noche será igual a la de ayer o a la de antes de ayer.
Lo único que importa es que estos días van a pasar. Y que después de la semana de los Reyes, cuando esta ciudad esté bastante vacía y el sol me pegue al asfalto, vos y yo vamos a seguir por acá porque ahora que nos encontramos no nos vamos a dejar.
Te acordás de La chica del puente? Yo me acuerdo. Te brillaban los ojos con esa película y se te aceleraba la respiración. Paradise, Paradise. Quién pudiera esquivar los cuchillos como ella.
Entonces, wishlist V: un Graham Coxon on the rocks, inofensivo -pero de verdad- para pasar nochevieja y quizás algunos otros días; wishlist Migue: una Adelle para Gabor. Que todo lo demás no tiene sentido si no hay alguien ahí, haciéndote desear.
Feliz Nochebuena, Migue. Y feliz Navidad.
Cos you're my bittersweet bundle of misery
Wishlist V:
Wishlist Migue:
Nosotros no compramos pirotecnia, ya sabés. Nada que tenga que ver con el fuego, ni las chispas, ni los ruidos. Igual, hay mucha gente que se divierte con bengalas de colores. Qué le vas a hacer.
Qué hay en tu wish list? En la mía, un Graham Coxon para nochevieja, en lo posible mayor de edad y con toda la sobriedad posible como para poder pedir un teléfono; una remera de los Ramones, ahora que volví a ser adolescente; una botella de vino dulce para después de las doce.
Sos de mira corta, dijo JJ cuando le conté de mis deseos, nada para dentro de un año. Un año, no soy capaz de pensar tan lejos.
Espero el fin de año desde agosto. Se murió demasiada gente este año; hay muchas mesas navideñas incompletas y eso hace la Navidad: remarcar las ausencias, como siempre y a las doce y cinco, si uno no tomó lo suficiente, los recuerda y algo le pasa adentro, nostalgia ponele o es que se le sale de dentro todo lo que extraña a los que ya no están. Fin de año es otra cosa. Yo festejo. Festejo que viví un año más y que me queda uno nuevo, completo, enterito para vivir, como un cuaderno nuevo que siempre empieza prolijo y termina como puede, con la letra enorme porque casi ni quiere escribir.
Paz, pan, salud en el 2008. Y que todo salga bien, con los dedos cruzados y los ojos cerrados. No se puede pedir más. El resto, como dice la María Ce, son circunstancias que pueden cambiar. Hay que apostarle una ficha al destino y si no se las apostás ahora, cuándo.
Ya sé, ya sé. Tu deseo más importante para mí es que sea feliz a partir de mañana pero vos sabés que a mí la felicidad me cuesta un poco y si no me duele antes, no la siento. Yo también deseo que seas feliz a partir de mañana o de esta misma noche, pero harás lo que puedas, como yo y es seguro que por más voluntad que le pongas, esta noche será igual a la de ayer o a la de antes de ayer.
Lo único que importa es que estos días van a pasar. Y que después de la semana de los Reyes, cuando esta ciudad esté bastante vacía y el sol me pegue al asfalto, vos y yo vamos a seguir por acá porque ahora que nos encontramos no nos vamos a dejar.
Te acordás de La chica del puente? Yo me acuerdo. Te brillaban los ojos con esa película y se te aceleraba la respiración. Paradise, Paradise. Quién pudiera esquivar los cuchillos como ella.
Entonces, wishlist V: un Graham Coxon on the rocks, inofensivo -pero de verdad- para pasar nochevieja y quizás algunos otros días; wishlist Migue: una Adelle para Gabor. Que todo lo demás no tiene sentido si no hay alguien ahí, haciéndote desear.
Feliz Nochebuena, Migue. Y feliz Navidad.
Cos you're my bittersweet bundle of misery
Wishlist V:
Wishlist Migue:
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