sábado, 26 de septiembre de 2009

Nada

Quisiera escribir un montón de cosas. Quisiera escribir todo lo que pienso, lo que siento, lo que quiero decir y no digo. Quisiera dormir hasta la próxima vida o algo así.
Quisiera poder conversar, hacer chistes, ser ingeniosa, encantadora, atrapante, divertida. Por lo menos, entretenida. Aunque sea un rato.
Pero soy nada. Y todo lo que tengo para escribir es tan mío y tan de ella que no puedo compartirlo. Con nadie.
Así que esto: Nada.
La nada misma.
Todo es nada.
Y esta sensación de "nopuedeser" que no se pasa.
Y los diálogos que ya no puedo empezar.
Y las preguntas que tendría que hacer.
Y los días que no pasan y que nunca van a pasar.
Y toda la vida que había por delante que ya nunca va a existir.
Y hacer de cuenta que me levanto, que nunca voy a hacer escándalos, que no me va a agarrar una crisis de llanto, que no voy a gritar, que no me desespero, que sigo, que tengo fuerza, entereza o lo que putas fuera.
Y que ya no lloro todos los días aunque llore todos los días sin que nadie lo sepa.
Y perder la fé. Y no poder creer.
Y vacío.
Eso. Nada.

martes, 15 de septiembre de 2009

Todos los días

Cuando me despierto.
Cuando me levanto.
Cuando me visto.
Cuando salgo.
Cuando hablo.
Cuando pienso.
Cuando canto.
Cuando bailo.
Cada minuto.
Cada hora.
Cada día.
Cada vez que te extraño (siempre)
Cada vez que te recuerdo (siempre)
Cada vez que voy a visitarte.
Te lloro.
Como nunca lloré a nadie.
Y es un llanto mudo, a veces.
Y otras veces, es desesperado.
Y a veces, quiero gritar hasta quedarme sin voz.
Y otras veces, es todo el amor que te tengo.
Y la mayoría del tiempo es pensar y sentir cómo voy a hacer para vivir lo que me queda, sin verte crecer.
Por eso te lloro.
Todo el tiempo.
Cuando nadie me ve y cuando no puedo esconderme.
Te lloro y te extraño como nunca extrañé a nadie.

Y voy a tener que aprender a vivir con esto, maldita sea.