miércoles, 20 de febrero de 2008

Caro Michele/17

To be yourself is all that you can do, Migue.
Así empiezo hoy, livianito. Por más contenta que esté -y estoy contenta- siempre tengo esta pena en el corazón, jé. Algo así. Melancolía, ponele. Nostalgia, qué sé yo. Por más contenta que esté -y lo estoy, a pesar de todo-hay un momento en que se me arma el nudo de angustia en el estómago y sube y sube hasta la garganta. Ya no llega a los ojos. Hace muchos días que no llega a los ojos y no sé si no es peor, porque el nudo me cansa un poco. Las cosas no van a salir como esperaba. Al menos, eso va indicando el boca de urna. Van a salir de otra manera y espero estar preparada como para que la decepción no me pegue demasiado fuerte. Hay que volver a la realidad y, a lo mejor, anestesiarse un poco. No sentir "la cosa" tan cerca, tan fuerte. Ponerse tapones en los oídos, como esos tipos que trabajan en las fábricas y no escuchar el ruido del golpe. No sentirlo. Viene, eh. Yo sé. Lo espero. Lo veo venir por más que intente "poner buena onda", "pensar en positivo", "pensar en verde" y todas esas cuestiones. Porque, en el fondo, la cuestión es siempre la misma: si hiciste hasta tu mejor esfuerzo y lo que querés no sale, te tenés que conformar con lo que hay. Untarte en aceite y que todo te resbale. Buscar otras cosas, en otros lugares y dejar pasar (más) el tiempo. A lo mejor, un día... un día. O tirar la toalla. If there is some confusion,who's to blame?
Pero no se puede tirar la toalla en todos los frentes. Creo. No estoy segura. No sé nada, sólo veo venir una ola inmensa, de esas que te llena de arena hasta en los lugares donde pensás que no podés tener arena. Y quiero que esta vez, cuando la ola se esté volviendo hasta ese lugar en donde las sirenas giran los dedos para armar las olas, no me deje asustada y patas para arriba. How could I be so blind, mis-sighted,
not to see there's something wounded deep. Look at this, it's me, walking away.
Así las cosas. YOU WANTED ME TO BE SOMEONE THAT I COULD NEVER BE.
¿Te acordás que nos gustaba el mar y que cuándo fuéramos viejos íbamos a vivir en algún pueblo de la costa? Tuve ganas de quedarme esta vez, otra vez. Aunque ya no soy amiga del mar, como antes. A lo mejor, es ahí dónde no hay que tirar la toalla. En cambiar de vida pero cambiarla en serio. Dejar de preocuparse, dejar de pensar, dejar. Dejar todo, de una vez. Dejarlo ir. Saber que no nos toca en esta vuelta, qué se le va a hacer. I see it, I feel it. This town is going wrong. It's turning away.Dont go back to Rockville and waste another year.
Por suerte queda la música y los libros y todavía no hay impuesto a escribir, ni a usar papel o gastar tinta o teclas. Y ya sé, vos lees esto y pensás que estoy peor que al principio pero no. Tengo eso que te digo antes. Como una mancha de tinta que está siempre y que a veces, a cierta hora, se empieza a expandir como si toda yo estuviera hecha de papel secante. Y por más que me empeñe en qué esa mancha no está, por más que disimule, por más que esté contenta -como estoy ni yo sé bien por qué- llega el momento en que aparece y todo me resulta demasiado pesado, agotador, me cansa, me fastidia y como sugiere NN, me dan ganas de encerrarme en una cueva que no tenga ni siquiera una ventana y tapiar la entrada. Quedarme ahí adentro, con los libros y los discos y unas fotos, porque viste que me cuesta acordarme las caras cuando paso algún tiempo sin verlas. Qué sé yo, Migue.
I can't believe where circumstance has thrown me and I turn my head away if I look I'm not sure that I could face you. Not again. Not today. Not today.
A veces, me gustaria escribirte otro tipo de cosas pero ya sabés, acá no lee nadie, pero está a la vista de todos. A veces, me gustaría ser más sincera pero ya soy todo lo sincera que se puede ser, por acá. Esta noche/madrugada es una de esas en que te extraño de nuevo, porque si estuvieras acá y yo estuviera con el nudo en la garganta o en el estómago, vos me mirarías y me dirías que largue. Y yo largaría como siempre, con puntos y comas y nombres y apellidos y pelos y señales todo lo que digo en media lengua. Entonces, vos pensarías un rato y después me dirías alguna cosa de las que me decías y yo lloraría un poco y vos me pasarías un pañuelo y después, veríamos una película o nos iríamos a dormir y al otro día, a mí se me ocurría alguna idea nueva, alguna cosa con la que compensar lo que no se puede conseguir y todo estaría bien.
Pero eso sólo pasaría si vos estuvieras acá.
Unas cuantas personas que conozco me dijeron la misma frase: "no sé cómo ayudarte" y yo digo que está bien, que no hay forma porque nada de lo que está sucediendo alrededor mío depende de mí, ni de los que quisieran ayudarme. El lado bueno es ese.
El lado malo es que hay algunas otras que me vienen a explicar cómo son las cosas. No tengo muchas ganas de escucharlos. Me lo dicen para mi bien, claro, porque me quieren, ya sabés como está el mundo lleno de bien intencionados pero me cansa un poco que me "reten"; que me digan que no hago lo suficiente, que le echo la culpa de todo a los demás, que no me hago cargo de mis asuntos. Es fácil fácil arreglar la vida ajena. Es fácil verlo desde la comodidad del observador. Y es fácil decirle a otro cómo hacer las cosas mejor cuando el otro ya las hizo como pudo, qué sé yo. No tengo ganas de escuchar esa clase de voces, ni quiero que por "quererme" sientan que pueden decir lo que se les ocurra. Vamos, que yo ya tengo madre y con esa ya tengo bastante. No estoy enojada, eh. Estoy un poco cansada y aturdida de eso y cuando me aturdo, no puedo entender nada, por más que quiera. Y por otro lado, yo nunca supe querer con el látigo en la mano. No me sale. No me interesa. No quiero ser así y nunca quise. Si lloran, acompaño. Si quieren hablar, escucho. Si necesitan ánimo, consuelo. Y no me hago la santa, che. A mas de uno, lo mandé a cagar porque estaba cruzada pero si veo que alguien está rengo, no le voy a ir a patear la pata sana. Con su renguera tiene bastante. Y con lo que le puede doler la pata sana, también. En fin, lo de siempre. Los otros y yo, yo y los otros. Si el otro existe para que yo me vea reflejada, no sabés que espejos deformantes me anduve construyendo, Migue. Por suerte, están los que me conocen bien. Los que no construyen potenciales V. Los que saben. Por suerte están esos.
Me voy. Así estoy. Así está todo. Juntalo, mezclalo, volcalo y es como si estuviera ahí, al lado tuyo.
Todo lo que necesitaba era que una sola saliera bien. De todo el combo, una sola. Una solita.
You said we could start over, try and make it all okay. Didn't you, now? Didn't you?
Acá te dejo. A lo mejor, de tanto extrañarte, hoy te encuentro en sueños. Lástima que
nunca me acuerdo lo que sueño. Pero si apareces, esta noche o mañana o pasado mañana o cualquier día de estos, acariciame la cabeza, abrazame, qué se yo. Alguna de esas mariconadas. Parece que la estoy necesitando porque... porque estoy dejando mucho atrás y todo lo que dejo es lo que siempre quise. Al menos, por ahora.
It's a long, long long road and I don't know which way to go.
If you offered me your world, did you think I'd really stay?
Te gustaría mucho la canción que escucho ahora. De verdad y a pesar de todos tus pataleos, esta canción te gustaría. Y te dejaría más tranquilo, también. Kurt no va a resucitar. Conformate con lo que quedó, como hacemos todos. Dave no está tan mal.
Keep you in the dark. Same old story, Migue. To be yourself is all that you can do.

In time our soul untold
I'm just another soul for sale... oh, well
The page is out of print
We are not permanent
We're temporary, temporary
Same old story

What if I say I'm not like the others?
What if I say I'm not just another one of your plays
You're the pretender
What if I say that I'll never surrender?

What if I say I'm not like the others?
What if I say I'm not just another one of your plays
You're the pretender
What if I say I will never surrender?

Carta al padre/2

Te prometí que te escribía para tu cumpleaños y no cumplí. Casi te escribo para el mío. Hubiese estado bien hacerlo porque si vos no hubieses participado aquel día, yo no podría escribir casi nada hoy pero, al final, no te escribí ni un día, ni el otro.
Te escribo quince días después de tu cumpleaños y cinco días antes del mío. En eso nos parecíamos. Cumplíamos años en el mismo mes, veinte días de diferencia, veintiocho años de diferencia. No te voy a escribir muy largo porque tengo abandonado a Miguel hace muchos días y también pretendo escribirle hoy y de última, con vos hablo todas las noches, antes de dormir. No sé si me escucharás porque, en realidad, no te hablo o te hablo pensando o algo así. Te hablo para adentro. Nadie me escucha. Espero que vos sí.
Bueno, feliz cumpleaños, papá. Ahí donde estás, a lo mejor, no se festejan los cumpleaños pero acá, viste como son las cosas. Viene la gente, te saluda, come un poco de torta y a otra cosa. Yo no tengo ganas de festejar mi cumpleaños, este año. O mejor, no tengo ganas de festejarlo como siempre. ¿Te acordás que yo no sabía qué hacer para mis cumpleaños? No sabía si jugar con los chicos o sentarme con los grandes. Todavía me pasa. Si hay mucha gente, no sé qué hacer, ni dónde sentarme, ni con quién hablar, ni qué decir. Como si fuera una inadaptada social (lo soy, no lo era antes, me fui construyendo de a poco) me ponen nerviosa las reuniones de mucha gente, aunque sean los más íntimos -que siempre, al final, terminan siendo por lo menos quince y eso está bueno porque quiere decir que uno tiene la suerte de contar con mucha gente que lo quiere en serio pero también es una especie de enredo en donde no sabés con cuál de los que te quiere en serio ponerte a hablar, primero. Entonces, este año, por primera vez, me gustaría festejar como me gustaría. La que todo lo puede está, obviamente, en contra. "No se puede no festejar el cumpleaños. Trae mala suerte; te parte un rayo; terminás mal el año" y un largo etcétera sin sentido, porque festejé todos los cumpleaños hasta el que está por venir y no me partió un rayo pero casi.
Entonces, me gustaría cenar con mis amigos, el domingo a la noche, mientras entregan los Oscars y brindar con ellos a la medianoche. Y el día siguiente, desayunar con las chicas y la que todo lo puede y después, quedarme en mi casa, escuchando mi disco favorito. Porque me quedan pocos días de tranquilidad y después, todo se va a volver una especie de torbellino del que no me voy a poder bajar. Y acostumbrarme al vértigo, después de tantos meses de tensa calma, me va a costar muchísimo. Y tengo la horrible sensación de que lo que espero, no va a pasar y me voy a tener que conformar con lo que haya y lo que haya, no me va a gustar. Por eso, porque lo que viene está casi firmado que no tiene que ver con lo que yo quiero para mí, por lo menos, quiero pasar el día de mi cumpleaños como se me da la gana, sin crearme ninguna obligación con nada ni nadie. Vamos a ver. Vos sabés que en eso salí a vos: cuando a la que todo lo puede se le mete algo en la cabeza, termino aceptando lo que quiere pero esta vez, al menos, voy a protestar un poco más que lo de costumbre.
No quiero pensar más allá de mi cumpleaños. Es muy incierto todo lo que pueda pasar después y salvo, una sola confirmación que ya tengo sobre un asunto del que hago el esfuerzo por olvidarme, todo lo demás es un gran enigma que no depende de lo que yo haga, diga o piense, por más voluntad que le ponga. Y va a ser empezar de nuevo, en un escritorio diferente, haciendo algo que seguramente no me va a gustar.
Al final, yo te quería escribir por tu cumpleaños y te hablé del mío. Y bueno... son cosas que pasan. Además, cuando yo cumplo años, vos también cumplis años de padre. Te recibiste conmigo. Así que, cuando esté cumpliendo años, justo cuando traigan la torta y canten el feliz cumpleaños y todo eso, voy a pensar un poco en vos, papá. Y te voy a hablar pensando para felicitarte por todos estos años de padre que ibas a cumplir o que, a lo mejor, cumplís igual, qué sé yo. Ya sabés que me gusta engañarme así.
Supongo que ya sabés que estamos todos bien y que por ahora, no va a ir nadie a quedarse con vos. Casi son buenas noticias, no?
Te escribo de nuevo. No sé cuándo. Un día de estos, a lo mejor.

jueves, 7 de febrero de 2008

Caro Michele/16

Instinto de preservación. Instinto de supervivencia, Miguel. Es eso. Esta vez, me di cuenta a tiempo y suelto lo que no es para mí antes de que se me vuelva en contra. A pesar de todo, tuvo su parte buena: ahora sé qué clase de gente quiero al lado mío. Ahora me importa con quién me acuesto y más con quién me levanto y parecer inofensivo, como pensé tantas veces equivocadamente, ya no es suficiente.
No más services. No más polvos de a dos pero yo sola. Esta es la parte buena. Para esto sirvió.
Todo lo demás, bueno, todo lo demás es lo de siempre. Yo sé lo que pasa, supongo que el otro también lo sabe, pero hay terceros en discordia y no vamos a caer en eso otra vez porque ya sé cómo me pega a mí el asunto. No le quiero sacar nada a nadie. Nunca lo hice, no me sale, no podría hacerlo aunque esta vez es difícil porque es como tener la mano ganadora y tirarse a perder.
No puedo sostener tantas cosas importantes al mismo tiempo. Tengo que seguir “luchando” por el laburo. No puedo luchar por el otro tema importante. No me da el cuero. Y para qué luchar una batalla que desde el principio sabés que vas a perder.
Fue una posibilidad más. La posibilidad de haber sido… pero no es. Y no es por mil razones, y yo sé que vos entendés, Migue. Sabés cómo pienso: la oportunidad la tiene todo el mundo, te puede salir bien; te puede salir mal, pero te salió de alguna manera. Algunas veces, mis posibilidades se abortan; se abortan porque en el balance se pierde más de lo que se gana y por lo menos, en uno de los dos temas importantes de la vida, hay que salir hecho. No digo ganador. Digo hecho. Recibir lo que se da, o no recibir nada pero quedarse en el “what if”, no. No otra vez. Ya no.
Si querés saber lo que pienso, pienso que hubiese sido bueno, que hubiese sido divertido, que hubiésemos crecido mucho, el otro y yo; que yo hubiese aprendido a ser más diplomática y el otro hubiese aprendido a ser un poco más directo, pero lo que ves es lo que hay y como no ves nada, no hay nada. Y como no puedo repartir la energía para esta cosa y para el trabajo porque las dos son demasiado importantes, tengo que decidir por una. Duele tener que decidir pero siempre pasa lo mejor que tiene que pasar, o no? Lo que no es, no es y hay que hacer espacio para lo que puede llegar a ser. Maldito trabalenguas.
Hoy, desde mi ventana, se ve el mar. El mar de noche es como si no fuera el mar. Pero nadie duda de que está ahí. Se deja escuchar, si yo caminara hasta la orilla, lo sentiría en mis pies. La posibilidad de nadar o de ahogarme estarían ahí. Y más o menos, pasa lo mismo con lo que abandono hoy. Podría haber salido bien, podría haber salido mal pero antes, debería haber estado todo lo que se esconde detrás de una falsa careta de pseudo amistad intergénero que ya sabemos que existe tan pocas veces, que las veces que resulta, empieza, justamente, cuando la careta se cae. Y lo peor es que se nota. Yo, que no me doy cuenta de nada, lo noto. Y el otro, bueno... el otro sabe que yo me doy cuenta. Me doy cuenta de los avances y de los retrocesos. Pero los tríos no se me dan bien. Viste cómo soy. Una chica a la antigua.
Estoy sacando el felpudo. Creo que esta vez, lo estoy sacando a tiempo. Nada para lamentarse durante días. Estoy a tiempo esta vez. No funciona. No va a funcionar. No hay que esforzarse por saber si funcionará. Entonces, me llevo el felpudo y quién quede patas para arriba, manoteando en el aire, primero no entenderá pero después, no le quedará más remedio que meditar –si es que tiene la suficiente entereza como para hacer un breve examen de conciencia; y puedo asegurarte que hay quién no tiene el valor suficiente para enjuiciar sus acciones, pero esperemos que este no sea el caso- por qué me llevo el felpudo, además de llevármelo porque es mío.
Y seguro, en unos días, cinco o siete, cuando el silencio de este lado empiece a notarse, querrá preguntar que pasa, si me enojé, que estoy rara, que qué tengo. Y desde acá yo voy a hacer una mueca, esa mueca que hago cuando no tengo nada más para decir y que es imposible traducir en palabras y todo se volverá un largo, largo silencio en donde no habrá novedades, ni códigos comunes, ni claves para hablar sobre lo que nos interesa porque yo voy a abandonar algo en el momento justo en el que seguir teniéndolo, lo haría peligroso.
Porque no le pongo número a la gente. No les digo “bichi, negri, miamor, micielo, mivida”. Llamo a cada quién por su nombre. Trato a los que conozco como debo tratarlos y a los que quiero de la mejor forma que sé. Porque hubo pocos realmente importantes, vos sabés. Y cada uno fue distinto al siguiente y al anterior, y de cada uno quedan recuerdos y sensaciones y sentimientos y cosas que no volvieron a suceder con nadie más.
Y te estoy escuchando decir: “ellos se lo pierden” pero a esta altura, Migue, después de que nadie me importara, ni me gustara, ni me llamara la atención, después de tanto trámite fisiológico cumplido para que las hormonas no se enloquecieran, esta vez, esta vez que podría haber sido una de las pocas importantes, también me lo pierdo yo. Y por primera vez, en los últimos diez años, perderme esto me enfurece. Pero hay que hacer lo que hay que hacer. ¿Qué otra cosa? ¿Qué más puedo hacer? ¿Qué puedo hacer más que abandonarlo en el mar y enrollar mi felpudo para ponerlo debajo de otros pies, dentro de un tiempo, cuando sienta que tengo que darle la bienvenida a alguien?
Ya sabés, yo bienvengo seguido. Y mientras te bienvengo, soy la mina más leal del mundo pero las despedidas no son mi especialidad.
Y esta vez no es una excepción.
Everybody cries sometimes. Everybody hurts, sometimes.
Imitation of life.
I dont want to hear you cry. And no one can see you try.
The one I love. Fire.
Love me or leave me.
This hurricane.
No one can see me cry.
This lemonade. I'm Not afraid.
C’mon, c’mon, no one can see me cry.

miércoles, 6 de febrero de 2008

La diferencia

La diferencia entre lo que querés y lo que podés, es inversamente proporcional a las oportunidades que se presenta, está diciendo un tipo, en una mesa de café en el único lugar con wi fi que hay en esta playa argentina.
Es el mediodía y los que quedan en la playa se insolan, mientras el resto de los mortales que emprenden la vuelta, cargando reposeras y bolsos y niñitos que recién empiezan a caminar, piensan en el almuerzo, en la siesta. Se duerme mucho en la costa argentina.
La diferencia entre lo que quiero y puedo es tan grande, pienso, que me pregunto qué pasaría si me quedara acá para siempre. Y si no vuelvo más? No digo nunca, nunca más. Digo si me busco trabajo en la telefónica del pueblo y en invierno me cago de frío y de hambre pero no vuelvo?
Las vacaciones no son más que la ilusión de que uno cambia de vida, al menos, quince días por año. Que vive en otro lado, a otro ritmo, sin demasiadas obligaciones más que las básicas para la supervivencia. Descansar se descansa. Pero de qué.
Siempre fantaseo con la idea de irme de viaje con un desconocido. O con alguien que uno conoce poco. Tambien pienso que debería irme unos meses por ahí, largar todo, y que no importe cómo se sigue, cómo se hace. Sólo irse y volver cuando uno no quiera seguir.
Siempre siento que estas ideas se me deberían haber ocurrido diez años atrás. Diez años antes todo era mucho más sencillo y había mucho menos para pensar.
La diferencia entre lo que quiero y lo que puedo es tan grande que sólo de pensar en ella, me da el mismo vértigo que me da la montaña rusa.
A lo mejor, este año, el año que para mí comienza en 19 días, me da el envión necesario. A lo mejor, no.
Soy un paranoico al revés, dijo JDS. Siempre tengo la sospecha de que la gente está haciendo algo para hacerme feliz.
Pobre JDS. No hay que dejar la felicidad en manos de la gente.
En esto pienso, mientras pasa una señora con la sombrilla cerrada sobre el hombro y el que parece el marido empuja el cochechito de un bebé. Ninguno de los dos sonríe.
Hay un perro callejero durmiendo al sol.
Es verano. Todavía es verano.
La diferencia entre lo que querés y lo que podés es la consecuencia de lo que tenés. Eso le diría al hombre de la mesa de al lado pero no creo que le importe lo que le pueda decir.
Seguiremos informando.
Nobody tells you what to do, baby
Nobody tells you what to go, baby

Maybe you did, maybe you walked
Maybe you rocked around the clock
Tick-tock, tick-tock
Maybe I ride, maybe you walk
Maybe I drive to get off, baby