Y a mí me cuesta cada día más pensar que las cosas no están escritas.
Mis esfuerzos, mis pilas nunca sirvieron para más que para darme grandes desilusiones.
Aunque ponga lo mejor de mí, las cosas nunca son como yo necesito que sean.
Y me siento encerrada.
Y triste.
Hago lo mejor que puedo hacer, aún en esta circunstancia horrible. Sin embargo, las cosas siguen doliéndome.
Y pensar que desde que tengo uso de razón, lo único que estuve buscando es ser tremendamente feliz.
¿Qué tendré, doctora, qué tendré que sólo consigo unos ratos muy fugaces de felicidad?
¿Qué es lo que tengo que hacer?
¿Aceptar? Lo estoy aceptando casi todo. Hasta lo que creí que nunca aceptaría, lo acepto casi docilmente.
¿Resignarme? ¿Se puede vivir así? ¿Puede uno resignarse a todo? ¿Es posible que alguien sobreviva con resignación?
Hago lo que puedo. A veces, un poco más. Trato de ser optimista, de estar lo mejor posible. De dar alegría a los demás, aún cuando estoy mirando con cariño la ventana.
Y sin embargo, no sirve.
Y hay días como hoy, en donde me siento para la mierda, en donde creo que hay que entregarse al destino. Aunque me digan que las cosas se pueden cambiar, no es cierto. Nada cambia. Nadie cambia, nunca.
Y uno se tiene que quedar con las cosas como son.
Aunque esas cosas le hagan un agujero en el cuerpo.
Las personas como yo, tan arremetedoras, tan peleadoras, tan cocoritas, deberíamos venir con un cartel que dijera: Favor de tener cuidado.
Eso. Es un mal domingo. Fue una mala semana. Lo disimulé mucho. Lo disimulé hasta hoy. Hoy no lo puedo disimular.
Estoy desesperadamente triste.
Y no puedo hacer nada al respecto. No sé qué hacer al respecto.
Me desespero.
Qué cagada.
Mis esfuerzos, mis pilas nunca sirvieron para más que para darme grandes desilusiones.
Aunque ponga lo mejor de mí, las cosas nunca son como yo necesito que sean.
Y me siento encerrada.
Y triste.
Hago lo mejor que puedo hacer, aún en esta circunstancia horrible. Sin embargo, las cosas siguen doliéndome.
Y pensar que desde que tengo uso de razón, lo único que estuve buscando es ser tremendamente feliz.
¿Qué tendré, doctora, qué tendré que sólo consigo unos ratos muy fugaces de felicidad?
¿Qué es lo que tengo que hacer?
¿Aceptar? Lo estoy aceptando casi todo. Hasta lo que creí que nunca aceptaría, lo acepto casi docilmente.
¿Resignarme? ¿Se puede vivir así? ¿Puede uno resignarse a todo? ¿Es posible que alguien sobreviva con resignación?
Hago lo que puedo. A veces, un poco más. Trato de ser optimista, de estar lo mejor posible. De dar alegría a los demás, aún cuando estoy mirando con cariño la ventana.
Y sin embargo, no sirve.
Y hay días como hoy, en donde me siento para la mierda, en donde creo que hay que entregarse al destino. Aunque me digan que las cosas se pueden cambiar, no es cierto. Nada cambia. Nadie cambia, nunca.
Y uno se tiene que quedar con las cosas como son.
Aunque esas cosas le hagan un agujero en el cuerpo.
Las personas como yo, tan arremetedoras, tan peleadoras, tan cocoritas, deberíamos venir con un cartel que dijera: Favor de tener cuidado.
Eso. Es un mal domingo. Fue una mala semana. Lo disimulé mucho. Lo disimulé hasta hoy. Hoy no lo puedo disimular.
Estoy desesperadamente triste.
Y no puedo hacer nada al respecto. No sé qué hacer al respecto.
Me desespero.
Qué cagada.
5 comentarios:
No es fácil consolarte. Es tan difícil que no tendría que estar intentándolo, escribiendo este comentario.
Lo único que se me ocurre decir es que las tristezas nos chocan, como bichos que se cruzan en el camino y se revientan contra el parabrisas. Algunas son tan grandes que nos detienen, nos dejan parados.
En cambio las alegrías hay que buscarlas. Son esquivas, pero si las buscás bien vas a ver que también están. Aprovechá ahora, que semejante bicho en el parabrisa te detuvo, para buscarlas a tu alrededor. Están, mirá bien.
Esperar que pase el domingo. Ya en un rato, es una semana nueva.
Felicidad, estamos todos buscándola, pero no es como nos parecía cuando éramos chicos , que podíamos tenerla y retenerla de por vida, de por años, de por semanas.
Felicidad es una niña caprichosa que se deja ver muy poco , se deja querer de a ratitos y nos deja añorando por tenerla mas tiempo.
Nos pasa a todos, no hay excepciones, pero está en vos retenerla, si podés tener más de dos recuerdos felices, aunque fugaces , ya la has conocida y vas a verla llegar en cualquier momento.
Felicidad es una viajera incansable que nos sorprende en cualquier recodo del camino.Cuando menos lo pienses estará contigo, Mientras, traten de ser felices, esperándola, Uds. se lo merecen.
Hola... Soy Pedro M... Realmente te comprendo. No es facil cuenso uno hace lo posible , todo lo posible para que las cosas salgan bien, como uno quiere y no salen tal cual. Todo esto me llevo a analizar mi situacion y a consultar con personas a mi alrededor. Al concluir la consulta y meditar en ells me di cuenmta de algo: ALGUIIEN DESEA QUE YO FRACASE Y POR ESO ESA PERSONA SE HA ESFORZADO MAS QUE PARA ARRUINARME MI FELICIDAD.
Es real. Al darme cuenta de esta realidad, empece a dar pequeños pasos hacia esa felicidad. Tambien me di cuenta que tambien hay alguien que si desea en realidad que esa felicidad llegue a mi vida. Con el transcurso del tiempo he expeimentado ciertos periodos de felicidad y comprendi que es por las desiciones que tomemos que podremos lograr ese estado de felicidad no solo en esta vida sino en la venidera. Solo debes creer que existe esa posibilidad y trabajar en base a eso. El primer paso es creer en algo que es verdadero y real. Dios Existe. Es nuestro padre y solo debe orar a El y si lo haces con fe, creyendo que recibiras una respuesta y lo haces en el nombre de Jesucristo, con tan siquiera un deseo de creer, el te dara consuelo y paz, te dar animo prar seguir adelante y veras que si podras lograr lo que mas desea en tu visa: La verdadera felicidad. No te deje sengañar por falsas ideas. Dios existe y es real, sino tu no existieras. Animo y no desmayes. Con El todo, sin El nada.
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