La vida interrumpida, Miguel querido. La vida en pausa. A veces, me parece que estoy soñando y que me voy a despertar y que todo va a estar como antes. Y aunque, sería muy tranquilizador estar soñando, extrañaría mucho a Paulina.
La vida es Paulina. La vida interrumpida es Paulina en el sanatorio. Es incomprensible. Es como alguien tuyo que no es tuyo. Alguien por quién tenés que pedir permiso para tocar, para cambiarle los pañales, para hacerle upa. Es tan difícil que a veces creo que no me da el cuero. Pero saco fuerzas, no sé de donde, y el cuero me da, un día más, porque esto es día a día.
De las 24 horas, 19 son Paulina. Cuando la veo y cuando no la veo. Cuando la extraño. Cuando la extraño mucho. Cuando pienso en si dormirá o estará despierta. Si le pondrán el chupete cuando llora. Si me extrañará tanto como la extraño yo a ella. Cuando pienso en hasta cuando vamos a vivir así.
Pero no desespero. Espero y espero. En esta vida, siempre me toca esperar.
Cuando la vida no es Paulina, es silencio. Y es cierto que, durante mucho tiempo, yo fui de esas que pensaban que cuando no hay nada que decir, lo mejor es decir nada. Pero en estos meses no me estoy llevando bien con el silencio. Necesito palabras. De aliento, de consuelo, de cariño, que den fuerza, que den ganas, que me ayuden.
Y si bien están todos los de siempre haciendo el aguante, no alcanza. Y no alcanza rezar. Y no alcanza nada. No me llevo bien con la insatisfacción. No me llevo bien con esta dependencia al ruido, a las palabras.
Pero necesito ver vida. En todas partes. Mucha vida para que me ayude a esperar a mi hijita que la pelea todos los días, mucho más y mejor que yo. Qué orgullosa estoy de mi niña, Miguel, no te das una idea.
Y sí, a veces, todo me parece un sueño. Y todo el tiempo, me parece que esta no es la vida real. Que yo no soy la yo de siempre. Y también necesito recuperar eso que era. Lo que era yo, antes de esto. Antes de que Paulina naciera. Recuperarme para ella. Para que cuando ella esté conmigo sepa que no soy esa persona asustada por todo, todo el tiempo.
Que sepa que soy también, esa persona que se repone rápidamente de las cosas, menos cuando no la quieren. Que resiste los embates, menos cuando nota que a nadie le importa su esfuerzo. Que la rema con ganas, sólo cuando alrededor también hay ganas.
Necesito que sepa, que además de ser su mamá, estoy yo. Y que todo eso junto, está para que ella sea muy feliz.
Porque de lo único que puedo darme cuenta, Miguel, es que no hay otra preocupación mas que conseguir la felicidad. Que no importa lo que haya que hacer. Hay que buscar ser feliz como se pueda. Por un rato, por todo un día, por un mes, un año, por toda la vida, si es que el concepto "toda la vida" existe.
Hay que ser feliz como se pueda, pero hay que ser feliz. Más que cualquier otra cosa en el mundo.
Lo único que me voy a llevar de acá, cuando me vaya a verte, es la felicidad.
Y la felicidad no es silenciosa, viste.
Estoy harta del silencio.
Harta de verdad.
Muchos días me siento sola.
Hoy me siento así.
Ya se me va a pasar.
No sabés cómo te extraño. No te das una idea.
No sabés cómo te necesito.
De entre toda mi gente perdida, sos el que más necesito, Miguel.
Quedate cerca.
No puedo con todo sola.
Necesito que me hagas el aguante, esta vez, otra vez.
Seguí cuidando a Paulina cuando no la veo. Abrazala. Y hacele saber cuánto la quiero.
Nos vemos.
En un tiempo.
La vida es Paulina. La vida interrumpida es Paulina en el sanatorio. Es incomprensible. Es como alguien tuyo que no es tuyo. Alguien por quién tenés que pedir permiso para tocar, para cambiarle los pañales, para hacerle upa. Es tan difícil que a veces creo que no me da el cuero. Pero saco fuerzas, no sé de donde, y el cuero me da, un día más, porque esto es día a día.
De las 24 horas, 19 son Paulina. Cuando la veo y cuando no la veo. Cuando la extraño. Cuando la extraño mucho. Cuando pienso en si dormirá o estará despierta. Si le pondrán el chupete cuando llora. Si me extrañará tanto como la extraño yo a ella. Cuando pienso en hasta cuando vamos a vivir así.
Pero no desespero. Espero y espero. En esta vida, siempre me toca esperar.
Cuando la vida no es Paulina, es silencio. Y es cierto que, durante mucho tiempo, yo fui de esas que pensaban que cuando no hay nada que decir, lo mejor es decir nada. Pero en estos meses no me estoy llevando bien con el silencio. Necesito palabras. De aliento, de consuelo, de cariño, que den fuerza, que den ganas, que me ayuden.
Y si bien están todos los de siempre haciendo el aguante, no alcanza. Y no alcanza rezar. Y no alcanza nada. No me llevo bien con la insatisfacción. No me llevo bien con esta dependencia al ruido, a las palabras.
Pero necesito ver vida. En todas partes. Mucha vida para que me ayude a esperar a mi hijita que la pelea todos los días, mucho más y mejor que yo. Qué orgullosa estoy de mi niña, Miguel, no te das una idea.
Y sí, a veces, todo me parece un sueño. Y todo el tiempo, me parece que esta no es la vida real. Que yo no soy la yo de siempre. Y también necesito recuperar eso que era. Lo que era yo, antes de esto. Antes de que Paulina naciera. Recuperarme para ella. Para que cuando ella esté conmigo sepa que no soy esa persona asustada por todo, todo el tiempo.
Que sepa que soy también, esa persona que se repone rápidamente de las cosas, menos cuando no la quieren. Que resiste los embates, menos cuando nota que a nadie le importa su esfuerzo. Que la rema con ganas, sólo cuando alrededor también hay ganas.
Necesito que sepa, que además de ser su mamá, estoy yo. Y que todo eso junto, está para que ella sea muy feliz.
Porque de lo único que puedo darme cuenta, Miguel, es que no hay otra preocupación mas que conseguir la felicidad. Que no importa lo que haya que hacer. Hay que buscar ser feliz como se pueda. Por un rato, por todo un día, por un mes, un año, por toda la vida, si es que el concepto "toda la vida" existe.
Hay que ser feliz como se pueda, pero hay que ser feliz. Más que cualquier otra cosa en el mundo.
Lo único que me voy a llevar de acá, cuando me vaya a verte, es la felicidad.
Y la felicidad no es silenciosa, viste.
Estoy harta del silencio.
Harta de verdad.
Muchos días me siento sola.
Hoy me siento así.
Ya se me va a pasar.
No sabés cómo te extraño. No te das una idea.
No sabés cómo te necesito.
De entre toda mi gente perdida, sos el que más necesito, Miguel.
Quedate cerca.
No puedo con todo sola.
Necesito que me hagas el aguante, esta vez, otra vez.
Seguí cuidando a Paulina cuando no la veo. Abrazala. Y hacele saber cuánto la quiero.
Nos vemos.
En un tiempo.
5 comentarios:
En realidad no sé muy bien qué comentar... Llegué a casa, comí, me bañé, todo tarde, todo con sueño, cansada, agotada, y antes de irme a dormir se me ocurrió pasar por acá, que hace unos días no venía, para ver si había algo nuevo. Y la verdad es que me sentí un poquitito pelotuda por mi cansancio. Por otra parte, me siento medio intrusa comentando en una conversación ajena y eso también ayuda a que no sepa bien qué escribir. Porque podría tratar de darte ánimos, o fuerzas, o decirte que ya vas a ver cómo las cosas de a poquito, día a día, van a ir mejorando. Que ya vas a ver que pronto Paulina va a ser tuya y no vas a tener que pedir permiso más que al papá (y la manada de tías, si corresponde). Pero la verdad es que si empezara a escribir eso, me sentiría un poquitito más pelotuda. Porque la fuerza no es algo que pueda darte, no sólo porque no sabría por dónde empezar, sino porque creo que es algo que surge de adentro de cada persona. Y sólo Dios puede darte esas fuerzas, esas ganas, esa energía necesaria para seguir, cada día, luchando por y con tu hijita. Dios y Paulina. Ellos son los que te pueden seguir impulsando. Yo no sabría qué hacer para decirte que las cosas van a estar bien. Lo más que puedo hacer, es decirte que yo también estoy haciendo fuerza. Sin mimos, ni cuentos, ni upa, ni pañales, pero con todo lo que tengo de fe y amor. Porque es rarísimo querer a alguien que no se conoce (en persona) pero es posible. No pensé que se pudiera, y tanto, pero sí.
No sé qué se hace en estos casos, desconozco el protocolo. Sé que no puedo darte esas fuerzas que necesitas, por mucho que quiera. Pero sí sé que Paulina va a ser feliz. Es tan amada, tan querida, tan deseada, que no puede no serlo.
En fin, como verás, no sé qué escribir y divago, pero no quería dejar de hacer algún acto de presencia, por mínimo que sea (y aunque sea cibernético). Más que nada para que sepan que estoy, aunque no esté en todo el día, pero estoy. Y las (y lo) quiero mucho.
Yo también me quedé sin palabras.
Pero pienso que no existe ni la mas remota posibilidad de que no sean felices, ahora.
Todo llega, falta poquito.
beso grande
Flor de comentario te dejó la cuñada, no?
Gente que te quiere, tenés. Gente que reza por uds desde ese de marzo, también. Gente que día a día busca sacarte una sonrisa y hacer que las horas se vayan un poco más rápido, también. No hace falta que lo veas ahora, tenés muchas otras cosas que necesitan tu atención. Cuando se cubra eso que te falta, cuando la tengas a Puli en casa, vas a ver que las fuerzas que generás día a día se quedan ahí, con vos, no se fugan a ningún lado y podrás disponer de ellas para otras cosas.
Besos, muchos. Chupetines, todos los que me quedan.
Se la quiere, señora.
Mi mamá me decia que tener una hija es lo mejor que le paso en la vida. Pense que solo me lo decia como una manera de decirme te quiero.
Hoy entiendo que era nada mas ni nada menos que la pura verdad, la vida se divide precisamente en eso, cuando estas con o sin tu hijo. Cuando van creciendo una simula que los deja despegar, que los deja ser, pero siempre se esta ahi atenta, tratando de que no se lastimen, de que no les duela, que nada ni nadie los haga sufrir.
Y sí, acá tenés gente que te hace el aguante, ya se que a veces se extrañan mucho esas personas que faltan pero saber que hay otros que te entienden, ayuda.
Miles de besos para los tres. Va a estar todo bien. Se eligieron entre los tres y esto es lo mas hermoso que les puede pasar en la vida. ;)
Te mando por medio de Pablo un regalito, que se me ocurrió hacerte a partir de este post.
Que lo disfrutes!!
(es para compartir con tu hijita y con su papá)
Publicar un comentario