Cuando me despierto.
Cuando me levanto.
Cuando me visto.
Cuando salgo.
Cuando hablo.
Cuando pienso.
Cuando canto.
Cuando bailo.
Cada minuto.
Cada hora.
Cada día.
Cada vez que te extraño (siempre)
Cada vez que te recuerdo (siempre)
Cada vez que voy a visitarte.
Te lloro.
Como nunca lloré a nadie.
Y es un llanto mudo, a veces.
Y otras veces, es desesperado.
Y a veces, quiero gritar hasta quedarme sin voz.
Y otras veces, es todo el amor que te tengo.
Y la mayoría del tiempo es pensar y sentir cómo voy a hacer para vivir lo que me queda, sin verte crecer.
Por eso te lloro.
Todo el tiempo.
Cuando nadie me ve y cuando no puedo esconderme.
Te lloro y te extraño como nunca extrañé a nadie.
Y voy a tener que aprender a vivir con esto, maldita sea.
martes, 15 de septiembre de 2009
Todos los días
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2 comentarios:
...
mejor te mando un abrazo, otra cosa no se hacer.
Y algún día, además de llorar, vas a sonreír recordando. Supongo que será así y espero que sea así.
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