sábado, 6 de septiembre de 2008

Caro Michele/32

Sólo dos palabras, para que no creas que ya decidí dejar de escribirte. Todavía no lo decido; ando con poco tiempo, mucha changa y mucha vida real, que espero que dure muchos días más.
Las cosas mejoraron. No está todo todo bien pero va bien encaminado. It's the end of the world as we know it.
A veces, me parece mentira que pasen cosas buenas. Uno se acostumbra a la mala. Pierde la esperanza, Migue, es así.
Las buenas nuevas: voy a ser tía otra vez y la preciosura está en pleno romance conmigo. Cuando le digo que me voy, se para y desde donde está, levanta el índice y dice "No. No, ieia, no" y se pone contra la puerta.
Antes de ayer, sorpresivamente, cuando le pregunté si quería venir a casa, salió corriendo a buscar su campera.
Vinimos lo más contentas por la calle. Cuando ya estábamos adentro de casa, le pregunté dónde estaba. "¿Dónde estás, Sofi?"
"Acá", me contestó afinando la voz y extendiendo los brazos, mostrándome las palmas de las manos y lo dijo con un tono que era más parecido a "ieia, sos boluda... qué me preguntás" que a otra cosa. Esa nena es sorprendente.
Si hay suerte y trabajo y salud y dinero, en noviembre vuelvo a ver al otro Miguel. Voy a llorar en el show, como la primera vez. Tantos años esperando, cuando lo veo, no me lo creo, como con todo.
Hay un novio de los buenos y un montón de gente que me quiere. Hay un amigo más o dos. Hay gente que se me volvió necesaria para la vida. Hay gente que extraño un montón porque los tengo abandonados y aunque es una cagada, es cierto eso que decía el monstruo: "¿Si te veo todos los días, cómo te extraño?"
El mérito de extrañar a alguien es que entendés cuánto y cómo lo querés. Son esas cosas locas que le pasan a la raza humana: sólo puede ver las cosas cuando no las ve y es una puta mierda que sea así pero así es. Uno comprende sobre vencido. Es algo para modificar.
Changas varias y variadas: pinto angelitos para una comunión; pinto vaquitas de San Antonio para un nacimiento; corrijo un libro de cuentos; corregí una novela.
Empecé las clases. Está bueno reencontrarse con lo que uno adora.
Esto: está cambiando todo. Pronto, va a cambiar el laburo. No queda más remedio. Está cambiando todo y el mundo, a veces, es un buen lugar para vivir a pesar de todo.
Todavía duermo mal; a veces, me da por llorar. Todavía tengo miedo, algunas veces. Pero son cada vez menos.
It's the end of the world as we know it and I feel fine.
Así las cosas.
Bailá conmigo por lo que dure este rato de felicidad, Migue mío. Creo que nos lo merecemos.




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5 comentarios:

Cassandra Cross dijo...

Suena bien todo esto, nena. Suena como una vida en movimiento hacia un futuro esperado y PROPIO. Autoconciente, pura fuerza de voluntad. Así que AVANTI. Con toda la fuerza!

Abrazo enorme...

Anónimo dijo...

Te tengo que felicitar entonces por las cosas nuevas que vinieron y por las que van a venir todavía.
Te quiero mucho, mucho.

Capitan de su calle dijo...

Mire, la verdad que la felicito por cada cosa que se ha ganado en buena ley.
Mil felicidades para usted, porque le corresponden.

Y sobre lo leido lo unico que le voy a pedir, es que no deje de escribir de vez en cuando alguna carta por acá.
Yo se que no son para mi ni me corresponde entonces decir que siga escribiendolas, pero sepa que hay gente por ahi, a la que sus palabras de este rincon le suelen dejar algunos nudos en la garganta.

No uno, algunos.

Ciao, buona fortuna.
Felicitá.

MariaCe dijo...

Muchas felicidades, amiga.

Anónimo dijo...

Cuanto profetismo en un solo post.